Juan Santos y Juan Morillo, jubilados de Sevilla, admiten haber vivido por encima de sus posibilidades, porque sus posibilidades eran pasar hambre, hacer sus necesidades en un agujero y pedir un trozo de pan en la puerta de la fábrica.
Suplemento de La Marea sobre laboral, cultura y análisis político para la clase trabajadora coordinado por Antonio Maestre